martes, 11 de marzo de 2014

Hambre y te extraño.

Bueno, ha pasado un tiempo desde que me despedí de ti, recuerdo que antes de subirme al bus y te veía a ti junto a mi papá y mi mamá, feliz porque ya me iba a cambiar el mundo y luego al sentarme y escuchar el motor de partida, se me hizo un nudo en la garganta que fui desatando durante dos largas horas de "adiós, mi amor, ya vuelvo". Eres mi universo y mi musa de cada mañana al despertar, dejarte fue algo cruel, pero ya vendrán buenos tiempos mi amor.

Llegué cansado a mi casa, tuve una caminata reflexiva y hambrienta, quería comer algo no tan cerdo, pero la caminata reflexiva me dominó y cuando había partido de la universidad (metro Salvador), luego de conversar contigo dentro de un quiosco, no me había dado cuenta de que había llegado al metro Santa Lucía. Como dije, llegué cansado a mi casa y me recibió mi querido hermano Nicolás (Salas) con una sonrisa, como siempre, un perro fiel. Llegué con mucha hambre pero preferí escuchar tu voz, que llama mi paz y tranquilidad, me brindas cariño y amor para así sentirme mejor. Eres la panacea de mis dolores y la cura de mis males, me das tanta tranquilidad y tanto amor, que si tuviera que dártelo de vuelta, te debería quince meses de alegrías y cariños.

Me duele la cabeza, acabo de leer algo de organización y gestión (ah si, estoy estudiando ingeniería comercial en la UTEM) y ha sido un buen día, pero algo agotador, se lee como un día muy suave, pero cuando uno se auto-exprime el cerebro, es mas cansador que caminar una hora.

Ya vendrán buenos tiempos, yo lo sé. Te amo Mónica, siempre serás la mujer más bella del universo :)

Canción para ir a la cuna: Algo de jazz - Violadores del Verso

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