lunes, 23 de febrero de 2015

De vuelta...

...Después de salir de la villa donde vive mi hija y mi polola, salgo caminando por la calle de ella, con cierta pena, porque claro, tuve que despedirme de ellas, cuando en realidad yo quería dormir con mis dos preciosas. Al estar entrando en la salida, usualmente está un conserje encargado de las salidas y entradas de las personas "extrañas" o "sospechosas" que entran y salen a la villa, que siempre me saluda y me despide, deseándome un buen camino a casa y una buena noche.

Saliendo de la villa por la puerta "magnética" le doy una mirada a la calle, que me mira con su cara de soledad y su sombra me sigue en el camino a casa. Mientras voy caminando junto a mi sombra querida, que nunca me abandona, me topo con un par de casas que al parecer se dedican al arte de la mecánica, porque claro, cada vez que paso por ahí, hay un olor a caucho, aceite, alquitrán y neumático, y el olor es bastante fuerte, pero mi nariz no está discapacitada de oler, así que lo huele y reclama con un estornudo una cuadra después, además lo hace porque hace frío.

Sigo caminando por la calle en la que puedo divisar en un muro una escritura que dice "Hitler Vive". Al ver esa mierda, me da algo de escalofríos, pues el matón ya murió hace varios años, pero la ideología de mierda aún existe. Qué pena. Sigo caminando por la vereda y me encuentro con la avenida "Los Carrera", en la que existe una especie de "alameda" chica, pues hay varios árboles y por entre medio de ellos, se sitúan unas cerámicas bastante apetitosas para caminar. En la esquina me pongo atento a la salida de un "siete", pues como la gran mayoría de las veces me voy tarde, tengo que utilizar "otro invento de mierda" del ser humano, pues de otra manera no llegaría en diez minutos a mi casa, y caminar por ahí es algo tétrico. He visto asaltos, borrachones peleando, "cobranzas", mujeres siendo tocadas por extraños, extraños siendo tocados por "extrañas, en fin. Y de vuelta a casa, miro el paisaje y recuerdo que debo dormir, porque el mañana puede llegar a ser duro...


Buenos días: Blanca y Dalí - Dr. Bene