miércoles, 9 de noviembre de 2016

Estallido

Y ese fue el momento en el que se cruzó el umbral. Disparos y centenares de meteoritos estrellando mi cabeza y no me podía retener. Por la mierda. Todo vale mierda. Y no pienso en nada más que su ausencia y se me complica la vida... ¿Qué? ¿Debo ocultarme en algo? ¡Claro! Brillante idea. En tu día con ella se te ocurre un ataque de celos. Y ahí es cuando todo se va más a la mierda. Te acuerdas de ese tío que tantos consejos daba. Pero ¿De qué valen? ... ¡Ahora no me sirven! ¡No sé qué mierda me pasa!

Y no paro. Pienso en por qué está allá y no conmigo. Insomnio maldito. Lloro porque si no está acá, cuando me acuerdo de ella, la cago con tutti. Porque si no siento sus balbuceos y no veo su sonrisa, el día entero me hace falta. Ah. Claro. También está la madre de ella. Me recuerda que debo ser responsable.
...
No puedo con tanta mierda a veces. Debería callarme y mandar todo a la mierda... No... No mandaré todo a la mierda porque sólo fue un instante y ahora estoy tranquilo. Pero eso no quita que, sí, me fui a la mierda y mandé a todos a la mierda (sí, los mandé a la mierda). Y no estoy orgulloso de eso. ¿Ustedes creen que uno se siente bien mandando a la mierda a la gente que uno quiere/ama? La respuesta es simple: SE SIENTE COMO EL PICO.

Y no es sólo eso... Pienso que la cago. Ella dice que ya pasó pero no cambia de tono. No tengo por qué obligarla. ¿Para qué? Si, es obvio huevón, se molestó porque HABLAI WEAS. Y me despedí de ella, patéticamente diciéndole "chao"... Con todo el sentimiento de culpa. Que sí asumo, por supuesto. No puedo hacer nada más que evitar hacer weás nuevamente... Extraño escaparme.

...

Hija, te extraño. Madre, mejórate. Tío, lo extraño. Amor mío, lo siento.

Lo que más me causa incertidumbre, es que todos ellos me enseñaron que de la vida no se puede vivir siempre feliz. Sería aburrido.

Lo siento.

-Malescritos