sábado, 26 de diciembre de 2015

A Nosotros

Es tan placentero eso de tener una imaginación pujante. Reparar en lo que a veces puede ser tan mágico y empedernido. Esos detalles que me señalas cada día con tu dilección. La ausencia aumenta esas ganas para que nuestro reencuentro sea algo completamente apacible.

Ah, si hoy nos miraba ahí en mi puerto favorito. En esa playa en donde podremos divisar yates, botes y cada barco que existe. Nos miraba a ambos caminando mientras la brisa del viento nos golpeaba y observaba tus infinitos fascinados por el mar. Nos observaba dentro del mar como dos lobos marinos nadando por el océano pacífico.

Y también me cautivaba el pensar de los tiempos siguientes. El hecho de imaginar cómo ambos nos podríamos ensamblar en el desierto vecino del mar. Ambos caminando y muertos de calor. Pero lo más importante de todo, es que seamos dos almas yuxtapuestas dentro de éste mundo lleno de clones manipulados por unos cuántos pocos.

Más aún, musa alondra, quiero que me silencies con tu argot corporal. Anda, golpéame y se la protagonista del frenesí que tengo sobre nuestra predilección. Con tu hermosa contemplación hacia nuestra orbe, devástala con tu alarido y enséñame sobre eso de volar por galaxias aún no conocidas.

Pero quiero que sepas que solamente lo quiero porque serás tú quien decida hacia dónde iremos. Yo te enseñaré sobre mis cornisas y tú sobre tus espolones. Mientras seas tú, yo podré estar tranquilo.

Yo podré guiarte por el mundo que conozco, pero nunca voy a querer fastidiarte con lo que es ya conocido. Tú sabes bien que me gustan ciertos afectos reiterados, pero aún así evitaré encerrarte y siempre seré feliz viendo como eres libre dentro del campo semántico de nuestra devoción.

-Verse

domingo, 20 de diciembre de 2015

Soñâmbulo

Estracto por Mantoi:

"...¿De qué sirve que me explaye si no puedo remediarlo?
De qué sirve estar consciente de tu error si sin embargo,
aún sabiendo lo que es no haces nada pa' afrontarlo,
no sé, duele aceptarlo que nos resulte amargo.

Y me duele notar lo weón que soy al dar lo
mejor de mí para que así sin más se hunda en el fango,
si hoy escribo y salgo del mundo es pa' no odiarlo,
si no hablo, no hablo, Y qué ¿Le digo algo?

Lo único peor que estar solo es no estarlo
Y desearlo y desearlo..."

lunes, 14 de diciembre de 2015

Puerto Infinito

Mientras surcaba mis lagunas mentales con mi bote de racionalidad, logré llegar a un puerto que poseía una vista que me llamaba hacia un faro que no giraba, pero que si alumbraba mi cara. Al llegar, me di cuenta de que ya era hora de abandonar ese bote y comenzar a caminar con mis pies. Estaba todo nublado, así que me abrigué. Encontré un pensamiento y le pregunté cuál era el nombre de ese sitio. Me respondió que se llamaba Puerto Infinito.

Le agradecí y seguí mi rumbo con mi sombra. Un par de cigarrillos me acompañaron, el licor ya lo había bebido todo y a la resaca la había ahogado en el mar del sentir. Mientras caminaba, la neblina densa no me permitía observar la cantidad de pensamientos que rondaban por ahí. Unos eran gigantes y otros bastante diminutos. Entre ellos, un pensamiento llamado "Detalle" se me acercó y me preguntó qué hacía aquí. Le respondí que había abandonado el bote con el que había llegado al lugar y que además estaba con ganas de recorrer el puerto. Detalle se asombró y me dio un abrazo. Me prometió un paseo por la infinidad del puerto.

Mientras caminábamos, yo fumaba unos Marlboro corrientes. Detalle me preguntó si le podía dar un cigarro para compartir y asentí con bastante paciencia. La osadía que tenía era bastante conocida. No me sentía para nada incómodo, sino que me sentía bastante relajado y con muchas ganas de descubrir qué cosas y qué pensamientos podría encontrar.

Luego de fumarnos el cigarrillo, Detalle se fue corriendo de la nada, justo en frente de una laguna. La neblina seguía densa así que no podía divisar ningún nombre en algún letrero. Claro, estaba en mi imaginación, así que decidí que al zambullirme iría a encontrar alguna respuesta.

Me desvestí y me sumergí en la laguna. Lo raro de todo es que el agua, a pesar del clima frío, no estaba fría, estaba bastante tibia y muy cómoda para nadar desnudo. Mientras nadaba y disfrutaba del agua acariciar mi piel, comencé a flotar hacia la superficie hasta que logré asomar mi cabeza y la sacudí para quitarme el agua de los ojos. En el mismo instante que los abrí, logré divisar una sombra que se escondía entre árboles, arbustos y montículos de hojas.

La confianza que me tenía ésta vez era bastante distinta, así que decidí acercarme hasta lograr suscitar mi incertidumbre. En el momento exacto en el que comencé a ver el cuerpo que se escondía, pregunté en voz alta "¿Quién es?". No recibí respuesta alguna, así que lo intenté una vez más fuerte. No hubo caso. No me respondió.

Al cabo de unos minutos me encontraba a escasos pasos de la silueta. Se me hizo bastante conocida. Ésta vez perdí miedo de mi mismo así que no retuve mi andanza.

Me di cuenta que mientras más me acercaba, más se alejaba. Tenía voz femenina y una tonalidad bastante conocida. No quería creer que era quién creía que era. Hasta que en un segundo sentí un estruendo por todo mi cuerpo y escuché una voz diciéndome "Ahora eres mío".

Sentí tentáculos al rededor mío, sentí caricias y gritos de llanto ya conocidos. En el momento que me abrazaron los tentáculos, éstos mismos me levantaron y me lanzaron de vuelta a la laguna. Al sumergir tan fuertemente, me hundí hasta tocar el fondo de la laguna con mi espalda. Abrí los ojos bajo el agua y comencé a verte.

Eras tú.

Podía ver como tu cuerpo se acercaba al mío y no lo podía creer. Detrás tuyo se veía una estela oscura y aberrante. En el momento que lograste abrazarme, ambos comenzamos a llegar a la superficie de la laguna y nuestras miradas fueron los infinitos más espléndidos que jamás había visto.

Me susurraste al oído "Bienvenido a nuestra laguna del infinito". No lo podía creer. Te besé y juré quedarme en ese infinito. En la Laguna Infinita del Puerto Infinito.

-Verse

domingo, 6 de diciembre de 2015

Un momento

Las memorias son parte de la vida cotidiana. Al menos para una persona cuerda, las memorias pueden visitar la mente de vez en cuando durante el día. A mí, me visitan todos los días por lo menos, siempre las invito para que podamos revisar cuántas cosas he hecho y cuántas no debí haber hecho. Quisiera saber si soy al único que le pasa eso de no amanecer de buena gana porque alguien que quieres no está aquí.

Y hoy no estás aquí... Me has cambiado la vida y has puesto mis pies en tierra. Me haces pensar que de verdad cuando no estás, no estás. Cuando quiero recordarte, cuando invito a las memorias de tu amor, no puedo evitar retirarlas antes de tiempo porque acabaría desesperado por sólo verte. Hoy no estás, parece una mañana vacía, fría y nublada. 

Me vas a disculpar el permiso osado de las siguientes palabras, pero ¿Por qué mierda no te puedo tener en éste instante? Me haces falta, te necesito, no quiero levantarme más así. No quiero levantarme con el deseo y anhelo de tenerte. ¡Y qué, soy así! Me gusta tenerte a mi lado, me gusta observarte, percibir ese aroma que desprende tu piel, sentir esa piel tan hermosa, mirar nuestros infinitos durante un segundo, sentir los perros ladrar y los niños jugar.

Pero, a pesar de la distancia y todas mis tonterías, aún estás aquí presente. Te paseas por mi mente, la visitas a toda hora. Te permito entrar pero ya no quiero dejarte salir. Te encerraré y te enseñaré lo que había prometido antes. No quiero esperarme ésta vez...