martes, 5 de abril de 2016

Despeje

Por las corrientes de la conciencia pienso en tu frase; que interpretar las miradas no es cuestión de percance, sino de encontrar ese enlace sin rebalse para comunicarse.

Me suele suceder que por querer ver tu piel, mi vista puede ver mil instantes sin retroceder y no me quiero estremecer esperando un atardecer, sino más tener el deseo de envolver mis brazos junto a tu miel.

Siento el crecer de algo nuevo. De todo algo malo sale algo bueno, por entenderlo y no ocultarlo, desnudarlo y enfrentarlo. Para atrás damos un paso, pero juntos es el caso, no existe un ocaso y caminamos tan despacio.

Quisiera volver a soñar con la laguna infinita; agua turbia y no bendita, de sentimientos repleta y de rosas bien vestida para entender a tu caricia sin codicia.

Tengo mil brazos que sentir, mi niña, de adornos para sentir y esquivar los enigmas, pero una cosita si es cierta: como tus brazos nadie imita una agradable y sincera sonrisa escapada.

¿Contigo? Ojalá que de allá para acá y de acá hacia allá...

Hasta que el más allá sea el más acá.

-José