Bueno, hoy después de trabajar el cerebro, me subí a la micro pidiendo permiso con una sonrisa de "por favor, déjeme pasar" y el caballero no me miró ni me dijo nada. Yo sorprendido de su respuesta, me subí a la micro de lo más normal posible. La cosa era bien irónica, en mi mano tenía un vaso de bebida del Mc Donald's (Ah, si, antes de subirme a la micro, pasé al Mc Donald's a comerme una hamburguesa de pollo con papas y bebida). Mientras iba caminando hacia algún puesto disponible, yo iba riéndome, porque mientras estoy feliz durante la vida, aprovecho de sonreír, pero nadie, nadie de nadie me dio una sonrisa de vuelta. En un momento la seriedad del ambiente me contagio y pensé: "¿La gente pensará que estoy loco porque sonrío solo? Yo solo quiero una sonrisa de vuelta nada más, no meteré conversa ni nada, pero, ¿Por qué la gente no quiere sonreír?". Es verdad, soy un extraño más a las micros de Santiago, pero eso no me dificulta de sonreír usualmente. Es raro Santiago, adaptarme a esta ciudad será algo difícil, pero no imposible.
Me gustas tú, porque cuando te vi por primera vez, te sonreí y me regalaste una sonrisa de vuelta, nunca voy a olvidar ese 5 de Diciembre del 2012, Mónica, nunca...
Canción para ir a dormir: Pregón de la pobreza - Tata Barahona
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