Gracias a tí, he conocido la libertad,
una felicidad con solo ver madera quemada
esparciéndose por madera procesada.
Gracias, por haberme presentado el desquite,
todos los días, en cada esquina, es muy simple,
con días nublado mi sonrisa no tiene límite.
Gracias, por presentarme una forma de tristeza
que se puede plasmar en un cuaderno con certeza,
es tan cómodo como los codos encima de una mesa.
Gracias, por presentarme a la vestida de traición,
bien serena y bien bonita, ella llama mi atención,
después su veneno escurre por mi cuerpo y ahí no se yo.
Gracias por siempre acompañar y no abandonar,
los mejores versos son con el mejor par,
un lápiz y un cuaderno para nunca volver a olvidar.
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