martes, 21 de abril de 2015

"Los Coquetos" (Andrés)

Hay varias maneras de coquetear a una mujer. Algunos dicen que existen hombres que tienen el "don" de conquistar a mujeres y logran su objetivo en menos de una hora. Hay otros que les cuesta y les toca comprar un poco de vino o algo por el estilo, algún maní para picar y dedicar el respeto infinito a la mujer hasta que esta se emborrache. Pero hay hombres que son como ninguno y les gusta un poco el estilo de conquistar. Uno de estos hombres es Andrés, de quien se trata esta historia.

Andrés no era de esos machos que se dedican a mirar el cuerpo y calcular la cantidad de calorías consumidas en el día. Este hombre era simple y honesto, sabía que no le interesaba tener un abdomen que resalte ni brazos que parezcan tubérculos. Además, este era un amante de las citas con mujeres, pero no cualquier mujer, le gustaban las mujeres que tuvieran nalgas respetables y un carácter bastante fuerte. No solo eso, sino que también le gustaba la sonrisa de cada mujer que le pareciera feliz consigo misma. Pues un día, este compadre se encontraba en su pieza degustando de buen jazz y un habano del porte de un buque. Estaba planeando alguna cita, pues, tenía algo de dinero y tenía ganas de fornicar con una mujerzuela que estuviera apta para una noche de conversaciones profundas, buena música y ganas de estar con alguien. Era Viernes así que habían muchas posibilidades de caer en el nido de alguna araña. Él les decía arañas, porque claro, al caer en la trampa de ellas, no puedes salir, te confunden, te consumen y te dejan vuelto loco con solo una mirada o una agachada a recoger algo.

Se acercaban las doce y media de la madrugada y el hermano de la tierra no encontraba una damisela que quiera tener una velada, hasta que a eso de las una de la mañana, una de las acertadas le respondió un mensaje telefónico bastante interesante:

-Hey Alejandra ¿Estás ocupada esta noche?
-¡Hola! No, tengo libre y tengo ganas de salir.
-¡Qué bueno! ¿Te gustaría salir conmigo?
-Claro, sería maravilloso. ¿Dónde nos encontramos?
-En la plaza que está en frente del Teatro de los Intelectuales, ¿Te parece?
-Bueno, ¿A qué hora?
-¿En media hora esta bien?
-¡Perfecto! Me arreglo y nos vemos allá.
-¡Genial! Nos vemos entonces, chalupa,
-Chao.

¡DE PUTAS MADRES, VOY A FOLLAR! Gritó en su casa el horno viviente. Se duchó en menos de dos minutos y prácticamente se bañó en un perfume Hugo Boss del año 2010. Se puso una playera morada, jeans de color café y zapatillas color rojo opaco. Llevó un chaleco del mismo color que sus andantes, para combinar en la noche y verse con estilo. La plaza le quedaba a unas tres cuadras de su casa, pero aún así el muy apurado llegó diez minutos antes a la espera de la dama, para poder fumarse unos cigarrillos Marlboro rojos, de esos que calan la garganta y duran setenta horas en la mano. A eso de las dos quince de la mañana, la mujer llegó vestida con una chaqueta de color café claro, calzas de color negro y botines del mismo color que la chaqueta, quién sabe, quizás los humanos se ponen de acuerdo para combinar siempre. Cuando se vieron en frente, tuvieron una conversación algo incómoda:

-Hola linda, tantas lunas sin verte.
-No te entiendo.
-¿Por qué?
-Es que, pensé que te caía mal o algo así, la vez pasada que me viste no estabas de buen humor, creo.
-¿Ah?
-¿Ya lo olvidaste? La última vez que me viste fue en mi casa, te emborrachaste e hiciste de las tuyas con mi hermana, me gristaste "COME PUTA" y te fuiste de mi casa.
-Oh... La verdad no recordaba mucho eso, fue hace un tiempo atrás.
-Andrés, fue hace dos años.
-Bueno, bueno... El tiempo pasa ¿No?, por algo llegaste aquí.
-Tienes razón. ¿Dónde iremos?
-Tengo pensado en ir hacia "Dónde Huguito"
-He ido ahí un par de veces, ¿Vamos al que esta en frente? Dicen que es barato y atienden buenos hombres y mujeres.
-Apto para los dos, caminemos entonces.

Y fueron los dos con los brazos entrelazados, ambos fumando cigarrillo, sólo que ella fumaba de esos que son más finos que un pelo de caballo. Andrés estaba de buena gana, la actitud de la señorita era bastante "fácil" para él y no le veía ningún problema en saber que esa noche iba a tener una noche de esas que se cuentan en juntas de hombres y se celebra a cuántas mujeres se han follado todos.

Los dos, como si fueran novios, se sentaron el la terraza de un bar, de esos bares que tienen sillas de mimbre, de esos en los que ves a los meseros corriendo y hay mucho humo, risas y gente discutiendo sobre política, uno que otro guitarrero y personas vendiendo curitas o dulces de chocolate. Los dos estaban nerviosos pero mientras pasaban los minutos, ambos iban pidiendo más y más pencazos de alcohol, fumaban y fumaban, tanto así, que un drogadicto les ofreció un cigarrillo de marihuana por dos pesetas, los dos lo compraron y lo compartieron, teniendo así, una velada que no debería ser recordada por ambos.

Volaban las risas y el humo era denso, el frío no se sentía por la anestesia del alcohol, la gente estaba feliz y los faroles blancos favorecían la noche, las ganas de vivir la vida de una manera explotada estaba en cada ser de esa noche, todos querían vivir, todos algún día van a morir, todos algún día serán alguien dentro de la historia de esa noche. Se escuchaba mucha música de fiesta, de esa que quiebra mucho en Puerto Rico y Colombia; bachata, reggaeton, música electrónica y cumbia. Pasadas las tres y media de la mañana, ambos decidieron levantarse e ir a la pista de baile del bar. Como nunca, Andrés tenía ganas de bailar, pues claro, estaba conquistando a una mujer que tenía un cuerpo atractivo para él y además tenía muchas ganas de embriagarse. Para él, era la dama nocturna perfecta.

Al llegar a la sala de baile, ambos tuvieron un espasmo al ver que había demasiada gente. Juraron no soltarse la mano, para que así la noche no fuera mala y no tuvieran que encontrarse, porque no querían perderse. La música electrónica fue la próxima sensación después de que ambos llegaron, así que tuvieron que entrar saltando, ambos con un vaso de alcohol en la mano. Estaban felices, las luces, el humo y las drogas recorrían el cuerpo de cada persona en el bailoteo masivo. En un instante, las luces comenzaron a ser más incandescentes y el muchacho comenzó a marearse, sintió nauseas y en un mareo de quince segundos, vomitó todo lo que existía en su cuerpo, dejando un charco de vómito bastante grande. Le pidió disculpas a Alejandra y se fue tumbado al baño, empujando a cada mandril y bruta que se le interpusiera en el camino. "Córrete por favor, tengo ganas de invocar a guajardo" es lo que intentaba decir el borrachín, pero se le entendía algo así como "cort porfaor q'tengo ggganas deinvocar a gujardo wun". Una vez que llegó al baño, siguió vomitando en un lavamanos, dejándolo con un olor a alcohol e intestinos frescos. No vomitó más de un litro, pero después se sintió peor, dejándolo así, tumbado para la memoria y al fin, no recordar nada. Mientras él salía del baño, bailando con la gravedad, se encontró con Alejandra y le dijo que no se sentía bien, que prefería irse a la casa. Alejandra se lo tomó a bien y lo dejó colgado en la trampa, se lo llevó a su casa, para obtener lo que ella quería.

Ninguno de los dos recordó nada a la mañana siguiente, pues Alejandra se había robado un par de botellas de Vodka de la barra del bar, haciéndose pasar por la hija de la dueña del bar.

Eran las nueve de la mañana y Andrés comenzaba a abrir los ojos, con una guillotina horrible en la cabeza y un dolor en el estómago como si se hubiese comido un muerto. Estaba envuelto en sábanas y había una botella de vodka a su lado izquierdo, y junto a ella, su cajetilla de cigarrillos con solo dos matahombres restantes. Las sábanas eran de un color rosado combinado con un turquesa medio oscuro y el olor en la pieza no era de hombre. Ya lo sabía con solo olerlo, sabía que estaba en la pieza de una mujer, sabía que su orgullo había hecho su trabajo y las ganas de no vivir volvían a su cabeza. Mientras estaba haciendo el intento de abrir los ojos y aguantarse las ganas de mearse, su cuerpo comenzó a moverse y sus manos comenzaron a moverse y sintió que estaba encima de una cama de dos plazas, pues sus manos tenían mucho que recorrer. En un instante, tocó una cabeza con cabello largo y algo sedoso. Volteó su cuerpo hacia su mano que acariciaba la cabeza y abrió los ojos:

-¡AAAAAHH!
-¡AAAAAAAAAAH!
-PERO QUÉ MIERDA
-SAL DE MI CASA EN ESTE MOMENTO, INSOLENTE DE MIERDA.
-¡PERO QUÉ CARAJO PASÓ ANOCHE!
-¡ÁNDATE DE MI CASA!

Andrés se había follado a la madre de Alejandra y su hermana, teniendo así, el comienzo de un fin de semana digno de olvidar.

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Esta historia es 99% inventada, pues claro, el otro porciento restante es real, digo, estoy seguro de que a alguien le ha pasado, y si no, bueno, no entonces. Además, la historia esta "algo basada" en una situación que ocurrió en una fiesta el año 2011, junto a mi mejor amigo, Alen. Un abrazo hermano, te quiero mucho.

-Verse

Música invitada al escrito:

Johny Alen - El cerrrojo.
Johny Alen - Origen.
Johny Alen - Crisis.
Matiah Chinaski - Cómo chucha.
Matiah Chinaski - Rapeo porque si.
Matiah Chinaski - Crisis.
Hocus Pocus - 73 Touches.
Mente Sabia Cru - Tengo lo que no puedo querer.
Mente Sabia Cru - Niños con navaja.
Mente Sabia Cru - Alarma!
Mente Sabia Cru - Concentración de Misántropos.
Salvaje Decibel - Super Skunk
Chet Baker - Sings (El disco)

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