viernes, 2 de octubre de 2015

Morena

Y es como si siempre te hubiese conocido. Tienes esos labios tan finos y esa dulzura que solo tú sabes demostrar. Eres esa mujer que cuando veo siento que mi cuerpo comienza a ceder y quiero quedar tirado entre tus brazos... Ojalá vivir ahí, seis horas de sueños ahí en tu pecho. Yo soy ese sentimiento y tú eres la acción. Eres esa galaxia aún no conocida que sé que puedo descubrir.

¿Misterios? Que vengan. Yo prefiero las sorpresas a la monotonía por alegría. Y en vez de plata y felicidad desearía una vida llena de sorpresas y aventuras. Y si es junto a ti sería tan genial. Recorreríamos esas noches amarillas que me encantan junto a nuestra querida noche. Ambos coincidimos que estar de bajón de vez en cuando es bueno. Me lo enseñaste tú.

Así, en este tiempo en el que me siento a recorrer mis recuerdos te veo en esas tardes que nos gustan con el sol y sin calor. Qué deseos son estos, morena. De estar contigo todas esas horas que nos debemos tirados en el pasto mirando hacia los astros que nos amenazan.

¿Por qué no puede ser ésta noche la nuestra? Pues la moral del país está bastante mala y nos tratan de pretenciosos o de vagos ansiosos. Seamos como ellos quieran querer como nos quieren ver. Seamos dos, solo los dos. Solo tú y yo.

No soy gran hombre, pues no puedo ocupar perfumes. No soy de contextura deportista ni tampoco tengo eso que todos los hombres flacos tienen, esa capacidad de atraer al sexo opuesto con sólo tener bonito rostro. Y qué si tampoco soy un científico ni tampoco soy un médico salva vidas. Pero adivina qué tengo que los demás no tienen. Te tengo mis alas que pueden elevarme sobre este mundo y me llevan a uno que yo conozco ideal para nosotros. Tengo garras para afirmarte y llevarte de paseo por donde no te imaginas. Tengo plumas por si tienes frío, porque abrigo te daré cuando tú lo necesites. Tengo esta vista para vigilarnos y dejarte libre cuando quieras recorrer el mundo. Y tengo un nido donde podemos dormir y podemos estar juntos.

Y puedo ser lobo para cazar a nuestros perseguidores de nuestra relación. Puedo ser oso para darte abrigo en invierno. Puedo ser lemur para llevarte al árbol más alto. Puedo ser, puedo ser yo. Solamente soy yo y nada más. No es para que te sientas segura, pero lo hago porque quiero. Si quiero ser así es porque es la única forma que conozco de amar.

Y hoy te esperé. Te guardé de esos regalos que te gustan, pero al llegar a mi casa me di cuenta que ya no estarás aquí y tendré que disfrutarlo solo. Pero aunque suene idiota y pesado, aún así, cuando estás tú todo es mejor, morena hermosa.

Me haces falta. ¿Por qué no vienes? No quiero estar de aquí para allá cuando ya podemos estar ahí, en el mejor lugar del mundo. Donde estamos juntos.

Ya vuelo mi nena, que algún día nos veremos otra vez con el sol de día y las lamparas de noche. Lo prometo.

-Verse

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