domingo, 6 de abril de 2014

Nublado

Hoy me levanté con el llamado de mi polola. Me encanta que me levantes así, aunque sea algo repentino, me encanta.

Santiago amaneció nublado y frío, me levanté como a las doce del día (a la hora que la Mónica me llamó) y estuvimos hablando como hasta las una y tanto. Decidí ir a ducharme después de colgar y me fui a tirar a la cama un rato, pero no tenía intenciones de quedarme dormido, y por supuesto, ocurrió que me quedé dormido. En el sueño (de mierda) estaba saliendo de mi casa recién duchado, me tele-transporté al patio de comida del Santa Isabel que está en Latorre con Gorbea (creo) y había pedido una cantidad ridícula de sushi. Cuando ya me había llegado el pedido, iba a comenzar a comer y ¡Pum!, desperté. El hambre me estaba devorando así que corrí a la ducha porque las ganas de comer no me las podía, me estaba fatigando. Mientras me duchaba estaba pensando en qué ponerme para salir a caminar con el día nublado. De puro leso salí sin chaleco y me re contra cagué de frío. El viento estaba súper helado pero me fui por el lado donde pega el sol así que no fue "tan" terrible la caminata. Cuando llegue al Santa Isabel, me urgí por pedir el puto sushi que tanto anhelaba. El compadre se demoró cinco minutos en entregarme diecisiete bocaditos de sushi, yo contento, disfrute cada bocadito como si fuera el último almuerzo de mi vida. Mientras comía, al frente mío había una pareja teniendo una discusión más o menos fuerte. El tipo estaba súper enojado y la mujer se veía sentir culpable del enojo del compadre, yo no entendía por qué el compadre estaba tan enojado con la mujer. Seguí comiendo y no le presté tanta atención y me encerré como unos cinco minutos en la música. De repente levanté la vista y vi algo que me incomodó un poco al principio, pero después me re contra cagué de risa: La mujer estaba mirando con cara de "¡Perdóname por favor!" a su marido, el marido no estaba prestando mucha atención hasta que la mujer le puso los pechos en la cara al compadre y éste reaccionó bien y le dio un beso con una sonrisa. En ese momento estaba tomando bebida, y al ver lo que hizo la mujer, escupí un poco hacia el plato (que estaba vacío) y comencé a mirar hacia el suelo mientras me estaba cagando de risa con lo que había visto.Eso habla un poco del cerebro del "típico" Chileno caliente, a ese Chileno que le encantan los pechos de la mujer Chilena.

Seguiré trabajando: Mauricio Redolés - Eh rica

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