sábado, 19 de abril de 2014

Historia de un hombre adolescente

La vida de Andrés tenía ciertos problemas, como cualquier jóven de catorce años dentro de un colegio en el cual era discriminado por estar pololeando con una niña de doce años. Andrés era algo gordo y tenía algo de acné en su cara, jugaba fútbol y le gustaban los juegos de computador, más amante de la tecnología que del deporte al aire libre. El gran problema que le dio vuelta la vida a Andrés comenzó en Mayo. Andrés se estaba enamorando de una mujer de doce años, ambos conversaban tímidamente cara a cara, pero por chat y por messenger se comunicaban como cualquier pareja enamorada. A mi juicio Andrés fue un idiota de no haber dado vuelta la situación, en vez de conversar mucho por chat, hubiera sido mejor conversar más en persona, que por chat. Con todas estas conversaciones por chat, el jóven comenzó a enamorarse de la mujer pequeña y comenzó a proyectarse a la corta edad de catorce años.

Un día en la tarde, Andrés tomo la iniciativa de impulsar a su amada a conversar en un parque que a ambos les gustaba mucho. Le costó convencerla de que sería una gran idea conocerse más en persona, pero logró lo que anhelaba y el día después de haber acordado el día, se juntarían en ese parque que ambos amaban.

Llegó el gran día y se habían puesto de acuerdo por chat para verse en una esquina del parque, para que ella decidiera donde sería buena idea sentarse y compartir un cigarrillo y una conversación de dos jóvenes con su primer amor. Andrés no aguantó las ganas después de encender su cigarrillo y comenzó con el primer paso:
-Hola
-¿Cómo estás?
-Bien, cansado ¿Y Tú?
-Bien, con un poco de sueño y algo de dolor de guata
-¿Dolor de guata?
-Si, es que estoy algo nerviosa
-¿Por qué estás nerviosa?
-Porque me da nervio mirarte a la cara y me da nervio estar al lado de una persona especial
-¿El especial soy yo cierto?
La mujercita se rió un poco.
-Quizás
-Mírame
Y cuando la mujer de sus sueños (en ese entonces) lo miró a los ojos, Andrés no aguantó las ganas y se acercó a su cuerpo y la abrazó y le susurró en su oído:
-Te quiero mucho, no sabes lo que me ha pasado últimamente con mis sentimientos y lo que vivo es algo lindo, gracias a ti
La mujer se sonrojó mucho y no esperó nada más y se besaron por largos diez minutos.

Luego de una semana comenzaron a pololear y formaron una relación de jovencitos "locos".

SEIS MESES DESPUÉS

...
-¿Aló?
-Hola, ¿Cómo estás?
-Bien, ya salí de clases, te voy a ver
-¡No, no vengas!
-¿Por qué no?
-Estoy con mi mamá en el médico
-Bueno, te voy a ver de todos modos, estoy tomando colectivo
-Pero
¡Click!

Andrés y su polola no estaban teniendo una relación de mucha confianza. Andrés estaba algo celoso y sospechaba que su polola amada lo estaba "cagando" con alguien conocido, así que tomó la decisión desesperada de averiguar todo, y se encaminó hacia el centro de la ciudad de La Serena. Cuando llegó al centro, se puso lentes pensando en que su identidad no podría reconocerse. Mientras caminaba ansioso de ver a su polola, Andrés tenía un presentimiento de que todo iría mal. Cuando Andrés estaba llegando a una esquina de la plaza del centro de la ciudad, la peor pesadilla de Andrés se había vuelto realidad. Su mujer lo estaba engañando con su amigo. Andrés se quebró al momento de ver tal mierda en sus ojos, encendió un cigarro y se marchó derrotado a su casa.

A la mañana siguiente, en el colegio:
-¡José! Ayer no me fuiste a ver
-Si te vi... Pero ahora no te quiero ver más en mi vida y quiero que desaparezcas
-¿Ah?
-No te hagas la que no sabes, lo que me hiciste fue la peor traición que una persona me ha hecho en mi vida y me siento horrible
-Sigo sin entender
-Mujer, me cagaste con el Daniel y te ví dándole un puto beso en pleno centro de la ciudad. ¿Alguna vez te importe? ¿Te importa que mierda siento yo? ¿Quién te crees para hacer eso? No sé que pasa por tu mente, pero yo tengo sentimientos como tú, pero creo que soy algo más fiel y además soy una persona que no esconde lo que siente, y esto es lo que siento, ya no te amo, ya no te quiero, ya no quiero verte más en mi vida. ¡Desaparece!
La mujercita no podía creer que la habían atrapado en lo que no pensó que le podía ocurrir y se puso a llorar e hizo un intento de abrazar a Andrés.
-¡No, no hay más abrazos ni besos ni nada, esto se acabó!
-Disculpa...
En llanto el hombre se quebró más fuerte:
-¿Por qué hiciste eso?
-No sé, estaba confundida
-¿Y por qué no me lo dijiste? Las cosas estarían mejor ahora si hubiera sabido eso
-Tenía miedo...
-¿Y miedo de qué? Chao
-¡Vuelve!

Andrés comenzó una depresión existencial y tuvo viente intentos de suicidio. Su ex pareja se mudó a vivir a Santiago. Nunca más se volvieron a ver...

Basado en una historia real que no me ocurrió a mí, le ocurrió al amigo de un amigo, que ahora tiene 23 años.

Ahora si, buenas noches: Cuarto piso - Tata Barahona

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