Hoy, chica de mi alma. He salido a flote con mis pensamientos y voces. Ya ves, en vez de encerrarme preferí seguir cambiando. Hoy preferí estar solo y tú también. Y qué mierda le vamos a hacer. No hay nada más que pensar. Yo al menos no me arrepiento de nada, he cometido errores y acostumbro mamarlos por muy pesados que sean. Mi silencio ha sido la clave de toda mi paciencia. El ver como muchas cosas pasan frente a mí y no poder pararlas... No poder hablar por el miedo al enojo. Pues ya basta. No me importan los enojos por hoy... No me interesa que piensen los demás... Quizás ya es tiempo mi amor. Ya es tiempo. A lo mejor no estar simplemente. No es un quiebre, sino algo menos. Algo así como la trizada de una cerámica que pasa por el filo que la corta.
He aguantado tanta mierda que quizás ya he pensado en liberarla. En soltar la mierda, en vertir todo mi ácido de las lagunas mentales, que... ya no quiero más de nadie quizás... no sé si es por hoy o es por un tiempo, pero les juro a todos que ya estoy harto de todo el mundo. De la política, del amor, de la sociedad, del hambre, las guerras, de todo...
No quiero nada.
Quiero nada.
Me saben a nada.
Las caricias ya son nada.
El tiempo me nada.
Estoy harto de todo.
HARTO DE TODO.
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