lunes, 14 de diciembre de 2015

Puerto Infinito

Mientras surcaba mis lagunas mentales con mi bote de racionalidad, logré llegar a un puerto que poseía una vista que me llamaba hacia un faro que no giraba, pero que si alumbraba mi cara. Al llegar, me di cuenta de que ya era hora de abandonar ese bote y comenzar a caminar con mis pies. Estaba todo nublado, así que me abrigué. Encontré un pensamiento y le pregunté cuál era el nombre de ese sitio. Me respondió que se llamaba Puerto Infinito.

Le agradecí y seguí mi rumbo con mi sombra. Un par de cigarrillos me acompañaron, el licor ya lo había bebido todo y a la resaca la había ahogado en el mar del sentir. Mientras caminaba, la neblina densa no me permitía observar la cantidad de pensamientos que rondaban por ahí. Unos eran gigantes y otros bastante diminutos. Entre ellos, un pensamiento llamado "Detalle" se me acercó y me preguntó qué hacía aquí. Le respondí que había abandonado el bote con el que había llegado al lugar y que además estaba con ganas de recorrer el puerto. Detalle se asombró y me dio un abrazo. Me prometió un paseo por la infinidad del puerto.

Mientras caminábamos, yo fumaba unos Marlboro corrientes. Detalle me preguntó si le podía dar un cigarro para compartir y asentí con bastante paciencia. La osadía que tenía era bastante conocida. No me sentía para nada incómodo, sino que me sentía bastante relajado y con muchas ganas de descubrir qué cosas y qué pensamientos podría encontrar.

Luego de fumarnos el cigarrillo, Detalle se fue corriendo de la nada, justo en frente de una laguna. La neblina seguía densa así que no podía divisar ningún nombre en algún letrero. Claro, estaba en mi imaginación, así que decidí que al zambullirme iría a encontrar alguna respuesta.

Me desvestí y me sumergí en la laguna. Lo raro de todo es que el agua, a pesar del clima frío, no estaba fría, estaba bastante tibia y muy cómoda para nadar desnudo. Mientras nadaba y disfrutaba del agua acariciar mi piel, comencé a flotar hacia la superficie hasta que logré asomar mi cabeza y la sacudí para quitarme el agua de los ojos. En el mismo instante que los abrí, logré divisar una sombra que se escondía entre árboles, arbustos y montículos de hojas.

La confianza que me tenía ésta vez era bastante distinta, así que decidí acercarme hasta lograr suscitar mi incertidumbre. En el momento exacto en el que comencé a ver el cuerpo que se escondía, pregunté en voz alta "¿Quién es?". No recibí respuesta alguna, así que lo intenté una vez más fuerte. No hubo caso. No me respondió.

Al cabo de unos minutos me encontraba a escasos pasos de la silueta. Se me hizo bastante conocida. Ésta vez perdí miedo de mi mismo así que no retuve mi andanza.

Me di cuenta que mientras más me acercaba, más se alejaba. Tenía voz femenina y una tonalidad bastante conocida. No quería creer que era quién creía que era. Hasta que en un segundo sentí un estruendo por todo mi cuerpo y escuché una voz diciéndome "Ahora eres mío".

Sentí tentáculos al rededor mío, sentí caricias y gritos de llanto ya conocidos. En el momento que me abrazaron los tentáculos, éstos mismos me levantaron y me lanzaron de vuelta a la laguna. Al sumergir tan fuertemente, me hundí hasta tocar el fondo de la laguna con mi espalda. Abrí los ojos bajo el agua y comencé a verte.

Eras tú.

Podía ver como tu cuerpo se acercaba al mío y no lo podía creer. Detrás tuyo se veía una estela oscura y aberrante. En el momento que lograste abrazarme, ambos comenzamos a llegar a la superficie de la laguna y nuestras miradas fueron los infinitos más espléndidos que jamás había visto.

Me susurraste al oído "Bienvenido a nuestra laguna del infinito". No lo podía creer. Te besé y juré quedarme en ese infinito. En la Laguna Infinita del Puerto Infinito.

-Verse

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