Caminar es una de las acciones que mejor sé hacer. Usualmente camino de mi universidad hasta mi casa, que ese trayecto en Santiago sería desde Av. Providencia con Salvador hasta Ejército con Blanco Encalada, mucha gente me dice "Puta que caminai harto" pero yo encuentro que es algo "normal" caminar una hora al día. La alameda me saluda todos los días con su asfalto ardiente y su viento cariñoso, ambos me dicen que es hora de caminar y que un sudor diario habrá que botar, porque de no ser así, la vida sería muy aburrida. La soledad y mi sombra que siempre me acompañan, me explican que la vida tiene cambios a toda hora y que la distancia es una gran enemiga, que quizás me enseña a vivir pero también me da un soplido de sufrimiento. Ya saben, la soledad es muy mala amiga, nos acompaña a varios en los horas de alto tráfico, estoy hablando de las ocho de la mañana y las seis de la tarde y obviamente me refiero al alto tráfico de Santiago. Esa es una de las razones por las que camino, los autos se quedan quietos y los caminos pasan y pasan, me enseñan que la vida puede contradecirse en cualquier momento pero aún así hay que continuar por el propio rumbo.
Quizás cometí un error al haber venido a Santiago a estudiar, muchas veces me lo he planteado como "tema del día", pero aún así digo que es una buena decisión. ¿O no? ¿Me habré equivocado y he enfrentado al destino como un gran muro? ¿Por qué mierda vine aquí? ¿Por qué cuestiono tanto? A la mierda. No es tan difícil arrepentirse, si se dan cuenta pensar en algún pasado "negro" ya les revuelve la guata, pero yo quiero hacer el ejercicio de soportar el dolor de guata y salir adelante. Pero, ¿Saben? Es difícil nadar mi barco en contra de todos los vientos, la mitad de mi corazón está a ochocientos kilómetros lejos de mí y ella además está cuidando a nuestra hija, que siempre me dan ganas de estar con ellas dos y jugar y jugar y regalonear y regalonear y ... Muchas cosas que no puedo hacer porque tomé la peor decisión de mi vida.
Pero no es la peor, aquí en Santiago he aprendido muchas cosas, una de ellas es caminar cantando y regalar sonrisas a medio mundo; he aprendido a cambiar la rutina y perderme en Santiago; he aprendido la lección de mirar siempre las calles como bases para caminar y no verlas tan enemigas, pues en la calle se marcha y gracias a ella podemos manifestarnos cuando queremos una educación digna y de calidad.
Me retiro, son las 2.27 y a las 5 estará el Ángelo Escobar en el Parque Forestal tocando.
Me falta escribir más.
Hace calor: https://www.youtube.com/watch?v=jHXIrrgFzJQ
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