lunes, 17 de noviembre de 2025

Flor

He regado mis tierras con sangre
de la familia más fuerte que conozco.
Es fría, la mañana de un desaire,
con pesar seguimos adelante
sin importar su auge.

Supimos caminar sobre espinas con los zapatos rotos
porque así lo quisieron varios.
Creyeron que no se nos ocurriría ocupar nuestras manos
y apoyarnos entre los pocos que quedamos.
Nos gritaron desde la vereda del frente con su nepotismo ilustrado,
pero ahí nos quedamos con el lacrimógeno incrustado,
entre lágrimas y ahogos
una ducha de bicarbonato
mascando limón.

Pensaron que la sangre no majadeaba
que los pies no compactarían
que las lágrimas no regarían
y el sol se apagaría.

¿Inocentes? No lo creo.

A pesar del tiempo que tanto pretenden dilatar,
el que siempre usan para acomodar,
entendimos que la flor se demora meses en brotar
por lo que la paciencia debe predominar.

Toda su mala intención atraca siempre en puertos conocidos
y aunque dispare contra los obreros
ninguna bala matará mi pueblo.
Por más que quieran marchitarla, se olvidan
de la cantidad de semillas que sembraron
los que luchan arriba del cerro.

Desde arriba siempre podremos contemplarla
ansiosa a veces por el alba,
sembrada en cada tierra sagrada
de esta gran franja
nombrada Chile...
Donde conocí el amor por la gente.

J

No hay comentarios:

Publicar un comentario