sábado, 2 de septiembre de 2017

sintítulo

Uno, como persona cuerda y bien educada, siempre intenta tener empatía con las personas que son del círculo más cercano, y con todos tal vez... Y escribo estas palabras, porque hay una diferencia tan grande, entre el tratar de ponerse en los zapatos del otro a vivir ciertas cosas en piel propia. Para este semestre iba todo tan bien... buenas energías, buenas intenciones, buenas ideas y el mejor de los ánimos. Tuve unas maravillosas vacaciones, que quizás no merecía del todo, disfrute, crecí y volví a la realidad con una nueva disposición. 

Todo iba de maravillas, hasta ésta noche, siendo las 12.25 a.m, un montón de sentimientos entraron junto a mi hermano mayor, consumido por un puto vicio, vuelvo a la empatía y las propias experiencias, sé que no soy la única en este mundo que pasa por cosas difíciles y/o cosas fuertes de vivir. Esta noche he vuelto a observar con mis propios ojos el alcoholismo en mi sangre hermana, se me llenan los ojos de lágrimas, fue horrible. Tantos sentimientos encontrados, enojo, impotencia, pena, amor, preocupación, rabia, desesperanza, desilusión, frustración, entre unos cuantos más. Una mezcla demasiado fuerte para mi, he llorado al rededor de una hora, nunca me había afectado tan fuerte como hoy, antes logré ser fuerte, lograba mantener la mente fría de vez en cuando.
Observo y escucho en secreto las discusiones y retos que mis padres tienen por culpa de mi hermano, eso me frustra aun más.  

Me pregunto dónde está su proyección, dónde está su vida, fuimos los tres hijos criados de la misma manera, con los mismos valores y enseñanzas que nos quisieron entregar mis papás, mi hermana y yo recibimos todo cada una a su manera, mi hermano, nunca ha querido recibir nada. 
 Esta noche está siendo dura, mi mamá  acaba de subir a mi dormitorio a ver como estoy, me preguntó si me hago una idea de cómo se siente ella como madre, de que todo esto ya no esta en sus manos, pues no es su voluntad, empatía otra vez, intento tranquilizarme un poco, pero las lágrimas brotan solas.

Hice un compilado mental de los recuerdos que tengo con mi hermano, y me entristece bastante  que la mayoría sean de esta índole, de la que acaba de ocurrir, ver a un familiar de sangre directa, ver a tu hermano mayor, no poder estar de pie al menos 2 segundo, ¡2 míseros segundos!, es bastante crudo, quiero mencionar que hay un historial médico, un historial de rehabilitación, un historial de situaciones como la de hoy y también un envoltorio familiar bastante particular. Ahora me sorprendo de mi mente, de mi instinto (en mi creencia de que fue algún tipo de instinto). Hace 3 días atrás que estuve pensando mucho en mi hermano, pensando en que nos estamos llevando bien como antes, pensando en que será de su vida cuando ya no estén mis padres vivos, y para cerrar con broche de oro a todo este conflicto mental, hoy pasó lo que pasó. 

Triste historia, triste noche de viernes, tristes están mis padres, triste estoy yo. No quiero volver a vivir cosas así, no se lo daría a nadie en absoluto, al menos, estas experiencias me han y me harán tomar buenas decisiones y buenos cambios. Aprendo que debo tener fuerza de voluntad, a ser responsable de mi misma, a pensar antes de actuar, aprendo que existen los límites y ratifico una vez más que los extremos son malísimos. 

Esta nota me sirvió mucho para desahogar esta pena, esta angustia... sólo queda seguir adelante, tengo que despertar bajo este techo, con la misma inquietud de saber, con la misma impotencia y un par de sentimientos más.

Mañana es un nuevo día, nada se olvida, algunas cosas se perdonan. 
Buenas noches.

-C.M.M.B.

jueves, 6 de julio de 2017

Huele a Canadá

Ese puto síndrome. Ese síndrome de nervios y mente en blanco que da cuando sientes que debes ayudar en algo. Sientes que necesitas un boleto y un equipaje instantáneo para llegar al lugar en donde podría estar. En donde la familia necesita que la distancia se aparte un poco. Que nos dejen tranquilos y nos dejen estar unidos.


Eran las 10 de la mañana. Yo ya había desayunado, me había afeitado y además tenía las cosas listas para enfrentar una disertación muy importante en la carrera que estoy estudiando. Lo tenía todo planeado y todo lo tenía que superar. Ya no había vuelta atrás, así que no quedaba más que dar cara. Minutos después de las 10, me llama mi viejo.
-¿Aló? -contesto.

-Hola hijo. ¿Cómo estás? -me pregunta con un tono extraño.
-Bien, estoy arreglando mis cosas para salir a una disertación importante. ¿Y tú, cómo estás? -respondo con prisa.
-No muy bien hijo. Han llegado malas noticias -me dice sollozando.
-¿Qué pasó? -pregunto.
-Tu tía...
Y mis oídos no lo pudieron retener completamente. Sólo recuerdo que escuché que había sido ayer lo que sucedió. Mi papá, que es un hombre bastante maduro para estos problemas, me dijo que mantuviera la calma y que para esto había que estar preparados. Le colgué y deslicé el teléfono lentamente hacia mi bolsillo derecho. Estaba lloviendo. Hacía más frío que la chucha. Ahora más que nunca.

No arreglé nada más. Simplemente tomé mis cosas y me marché de la casa. Lamentablemente mi hermano no estaba ahí. Si él hubiese estado allí, lo más probable es que la historia podría haber sido distinta.

Llego al pasillo del piso 14 y toco el botón del ascensor para que se dirija hacia mi piso. Oh, menuda sorpresa, había uno disponible en el instante que toqué el botón. Subí al ascensor. Éste ascensor se compone de baldosas grises en el suelo. Espejos por todos lados y un sector de metal cercano a la puerta que contiene el panel de los pisos. Toqué el 1.

Ahí estaba yo, nuevamente en ese ascensor. El reflejo mío se sumó al sentimiento de ser una persona inútil. Desgraciadamente distanciado de mi familia que estaba pasando por un nuevo duelo. Un nudo me revuelve la garganta. No lo puedo evitar, golpeé el espejo con fuerza gritando ¡POR QUÉ! 

Pensé en reanimarme escuchando música, la que siempre alimenta el alma, la que a veces llena mucho más que la comida. Hasta que suena The price we pay de la banda A day to remember.

Yo lo sabía. El día no podía empezar peor. Comenzó a llover mientras el nudo se desataba con mi llanto. La puta distancia nuevamente me estaba jugando una mala pasada. Siempre es la distancia la que llega a la puerta de mis problemas. La puta siempre tiene la llave. La puta entra sin permiso y nos destruye... Me destruye.

Me pasé todo el trayecto a mi universidad llorando. Las señoras me regalaban pañuelos y me preguntaban si estaba bien o si necesitaba algo. Yo sólo respondía "No gracias, no se preocupe, voy a estar mejor".


Querida tía:

Ese mismo día me enteré de que pasé un ramo muy difícil. Quizás uno de los ramos más coladores de mi carrera. Además, tenía una presentación muy importante. Tuve que disfrazarme de empresario para disertar, y ¿Sabe qué? Diserté lo mejor que pude, en honor a usted. En honor a nuestra familia, que, siempre que nos vemos las caras, es como si nada hubiese pasado y como si nos viésemos siempre, como cuando fui a cenar a su casa una vez, en donde estaba mi primo Ruben, el tío Ruben y usted. La lloré mucho tía, siempre la he extrañado. Es cierto lo que dije. Vivir allá en Canadá sería lo mejor que me podría pasar en la vida. Estar con la familia más linda que tenemos. Con esa alegría distinta a todas las alegrías posibles.


Mis compañeros me felicitaron, me dijeron que lo hice demasiado bien y que, a pesar de todo lo que me sucedía, lo logré. Y fue así tía, lo logré, porque usted me dio la fuerza para no rendirme y demostrar que lo podemos todo a pesar de tener al mundo encima. A pesar de que se nos cae la vida y tenemos que seguir mirando hacia el frente, no matter what happens.

Ese día llovió. Había un aroma similar al que hay en Montreal cuando nieva. Un aroma a aire limpio y frío. Exactamente el mismo que me recuerda a la ciudad en donde vivía usted. Y aquí estoy nuevamente tía, dándolo todo, siempre dándolo todo para seguir adelante a pesar de lo peor que nos puede pasar.


Todo, tía. Todo lo que hice ese día fue en honor a usted. Gracias por haber sido la inspiración. Gracias por haberme invitado nuevamente a su casa allá en el Norte. Gracias por todos los buenos momentos que tuvimos. La voy a extrañar demasiado.

Que en paz descanses, Tía Sara.


A mi tía-abuela Sara Castro. Una de las mujeres más valientes que conozco.
Un abrazo a la tierra por usted.

-Malescritos

martes, 2 de mayo de 2017

Mother earth

No. Hoy no estoy solo. Estoy con nuevamente bajo sus estímulos. Siento el retumbar en mi cerebro. Siento como si estuviese nuevamente estando dentro una sensación. Algunos le llaman escapar, otros le llaman cobardía, otros crimen, y así otros van siendo idiotas. Y qué se yo de cómo debo comportarme frente a mi ansiedad y mi bienestar. Ellas son las que desatan mi inquietud. Pero basta de eso. Ésta noche estoy sin la sociedad.

Sin la maldita presión ni las miradas. Sin prejuicios elaborados por unos cuantos que creen saberlo todo. Sin la sociedad con el control absoluto de cómo quiero estar.

Aquí estoy nuevamente contigo cariño mío. La única que posee esas manos. No importa cuántos te quieran, yo te quiero así, bien libre y con la silueta más amenazadora posible. Con el doble filo contra el doble estándar de la sociedad, contra lo que es el cautiverio y la ejecución de un ser vivo con el poder de calmar la sinapsis relajando los axones... 

Y te miran feo. Me miran feo a mi porque te quiero a ti. Qué pensará tu madre cuando me encuentre contigo nuevamente pasando por aquí. Pues yo sé que me quiere, porque yo la quiero, pues es quien te trajo a la vida y a muchos más.

No vuelvo a ser yo cada vez que me voy, pero si seré siempre quien podrá recibirte. Quién no negará abrirte la puerta cuando llegues nuevamente. Uno de los cuantos más que puso palabras en tu defensa. Uno de los que se atrevió a defenderte cuando te quieren presa.

Vida mía... No lo creo.

-Malescritos

sábado, 7 de enero de 2017

No se vayan

Últimamente mi vida se ha tratado de reflexiones. He encontrado en los rincones de mi existencia las piezas del puzzle de mi vida. Algunas ya las tenía, pero cuando ocurrió "eso", todas se separaron dentro de mi amarga habitación así que tuve que seguir buscándolas. Y debo resolver el rompecabezas. Sé que mi visión vestida de ambición seguirá calentando a los fragmentos que quieran desaparecer. No puedo entrar en detalle.

Pero así es cómo he estado últimamente.

Hay personas que están apareciendo en mi vida. Personas de esas que me dan buenas lecciones de vida, de esas que te regalan sonrisas con sólo existir. Me enseñan... eso lo valoro tanto por la chucha. Nunca pensé que se irían al paisaje de mi vida. Y el pensar que ellos estarán ahí es algo que me mantiene tranquilo.

...

Entender. Es algo que no todos pueden hacer. La empatía también es algo difícil de lograr cada vez que exista una oportunidad para comprender. Pero entiendo a quienes me ayudaron en un principio a armar mis alas para salir del nido. Entiendo que el esfuerzo es lo que más vale. Así somos felices por los frutos que ofrece tu árbol por haberlo cuidado tanto.

Por eso odio lo amargo, no me gusta la desaparición, no me agrada la indiferencia y detesto los incendios.

No por eso me va a gustar el sol. Amo la luna y las calles de Santiago cuando se visten de amarillo. Amo el paisaje en dónde puedo ver la normalidad de mis seres queridos conversando al lado de la calle, fumando cigarro, bebiendo un brebaje y escuchando música que agrade a la tierra. No se vayan.


A quienes me demuestran el cariño más sincero.

-Malescritos

lunes, 2 de enero de 2017

Sky's the limit

Así como Biggie salió de lo "ashy" to "classy",  salí yo de lo "ashy" y "i went a little classy". Son las raíces del árbol de vida que uno cultiva para que el tronco del transcurso del tiempo sea uno firme, uno que no se deteriore con el paso del tiempo y marque las invasiones de los bichos que quieren infectar la tierra... que sostiene la base de nosotros.

Me han enseñado que mis brazos necesitan del viento que sopla corrientes de conciencia. Mi único fruto ha madurado y además me ha enseñado que del pasado no se debe vivir. Las caídas de nuestras hojas significan ese paso de tiempo, en el que maduramos, en el que nos damos cuenta de que, sí, pasan los días cuando quieren y cuando necesitamos detener el tiempo, ahí nos estancamos y no existe resultado bueno alguno esperando al que el tiempo se detenga.

Y así, mientras más lluvias caigan cuando el sol es lo que necesitamos, aún así estamos erguidos. Estamos ahí, donde nos quieren, donde adornamos el paisaje y los poetas hacen maravillas con su tinta.

...Sal de ahí. No necesito tu desorden en mi vida. No quiero contaminaciones ni menos humo rodeando mis manos. Mi tronco le da vida a los demás. Protejo a mis frutos siempre. Soy tu oxígeno y tu mi alimento. Que nuestra relación sea recíprocamente positiva. Que tu y yo seamos uno conmigo y contigo. Que no nos maten. Si me matas, yo te mato. Así de simple...

No son sueños. No encuentro vagancia en mis escritos. Así hago historia, si alguien recoge algo de por aquí. Pues que vengan. Mis frutos los puede recoger cualquiera, pero ¿Cuidarlos?... Sólo yo.

-Malescritos