miércoles, 25 de marzo de 2015

Drama nocturno

Esta es una de esas historias que son comunes en las calles de la capital de mi país. Le pasó al amigo de un amigo. El amigo se llama Piero Manuel  y era un buen amigo de las noches bañadas en frío, cubiertas en una oscuridad amarillenta y pencazos de tabaco. Usualmente don Piero era un galán con las esquinas de una comuna llamada Santiago Centro. Iba a ciertos bares o pubs bastante conocido por zorrones y cuicos buenos para relucir el celular con una carcasa de colores fuertes. Pues una noche de Julio, éste muchacho, que era más o menos altito, se parecía a "piter la'nguila", se juntó con unos compañeros de colegio y uno que iba en su misma universidad. El de la universidad era conocido por "gordo", no le acomplejaba lo que los demás pensaban de él, tenía su autoestima bastante estable y no tenía problemas neuróticos por verse bien.

Decidieron partir hacia un bar que tenía tres pisos, sillas de madera no tan acogedoras, gente embriagándose y mujeres fáciles, pues es lo que más anhelaba don Piero y sus amigos de colegio, al gordo no le interesaban mucho las mujeres, ya tenía una mujer muy bella para él, pues, para qué quiere más cuando ya se tiene lo mejor con una conversa y una cerveza.

-Oye huevón -le dijo Piero al gordo
-¿Qué?
-Ve por unas cervezas y tráelas aquí.
-¿Y por qué no vas tú? Yo ya subí y no tengo ganas de bajar.
-Maricón, baja, estoy cansado.
-No -respondió el gordo de manera seca.

Don Piero al escuchar que el compañero universitario no tenía muchas ganas de moverse, le preguntó a los compañeros de colegio si es que querían bajar por unas chelas.

-Oigan putos -dijo el ansioso.
-¿Qué? -respondieron los dos en coro.
-Bajemos por unas rubias, tengo mucha sed.
-¡Vamosle' pues! -gritó uno de los compañeros.
-Vayan ustedes, yo me quedo aquí con el compadre -dijo el otro, que quería acompañar al gordo por curiosidad de conocerlo.

Y los dos amigotes de colegio bajaron de una manera bruta y rápida, los idiotas estaban en una carrera y uno de los tarados se cayó en el último peldaño de la escalera, aterrizando con la boca don Piero exclamó:

-¡Pero por qué conchadetumadre tienes que ir tan rápido!¡Tarado culiado! -le gritó al compañero que se mataba de la risa burlándose de él.
-¡Hijo de puta te caíste solo!
-¡Tu eres el imbécil!
-¡Jajaja!¡Eres más tarado que cualquier ser vivo en el mundo!
Y el que estaba erguido levantó al "torre eiffel" tomándole la muñeca de la mano derecha para poder comprar las ansiadas cervezas. Al llegar a la barra del bar, ambos pidieron una sed de ocho litros de cerveza solo para empezar la noche. Una vez llegando a la mesa, ambos se encuentran con que el gordo estaba en una conversación muy seria con el compadre del colegio. Don Piero, después de unas seis botellas de cervezas, bastantes vasos para todos y un cigarrillo de marihuana, comenzó a sentir el estado en el que las mejillas se adormecen, se siente que te vas a mear cada cinco minutos, la lengua funciona como si te hubieran martillado el cerebro y el olor a alcohol es como respirar aire puro. En este estado fue como este muchacho fue contento al tercer piso para saber que ocurría, porque se escuchaban muchas risas, muchas mujeres gritando y botellas explotando cada un octavo de segundo.

Al entrar en un abismo de fiesta de monja rebelada, Piero recibió un botellazo en la cabeza, el cual lo dejó noqueado y sin capacidad de reaccionar a nada. El gordo estaba justo abajo de él y lo sostuvo con una reacción bastante buena para estar ebrio. El gordinflón le miró la cabeza al idiota y exclamó:
-¡Tiene sangre huevón!¡Vengan hermanos, hay que salvar a este idiota!
Y en la aventura más profunda y loca de todas las noches de estos muchachos, todos pensaron en que estaban en una misión de vida o muerte, pues claro, el malparido iba sangrando como un grifo abierto en una población de Santiago en época de verano.

Tomaron un taxi y el gordo tuvo que pagar todo, pues era el más preocupado y ansioso. No podían creer que semejante idiotez ocurriera en una noche tan buena y tipo "Hangover 2". Al llegar al hospital, entraron los cuatro chiflados con un tono dramático y tragicómico, explicando a todo mundo que el idiota que media medio poste estaba con una hemorragia externa. Dos doctores se acercaron y se llevaron al fideo de seis metros hacia el sector de urgencias, luego los tres que quedaban estaban esperando a que algo resultara del gran esfuerzo.

A las dos horas después ya se estaban acercando las siete de la mañana de invierno y uno de los compañeros que eran del colegio se tuvo que marchar, quedando dos rotos esperando algo. A la media hora después salió uno de los doctores tirando un chiste de mala leche:
-Eh... Chicos, deben saber algo... -dijo el doctor en un tono muy profundo.
-Ya huevón, no esti' weando'.
-Disculpen, es que... ¡SON MUY HUEVONES!
-¡¿Qué mierda te pasa conchadetumadre?! -gritó el gordo furioso.
-¡No! ¡No!, ¡No entienden!, Piero nunca tuvo nada en la cabeza, sólo fue un frasco de ketchup que explotó en su cabeza y lo dejó tumbado por la borrachera.
-Me voy a la mierda -dijo el gordo después de un silencio.
-Yo también -dijo el otro compadre.

El doctor al ver que el par de idiotas se fueron encañados, se cagó de la risa, tanto así, que se tiró al suelo a gritar que eran unos huevones borrachos buenos para matar neuronas.

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Basado en un hecho real en un bar de Salvador Sanfuentes.

De noche: Padre e hijo - Lechero Mon

-Verse.

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