lunes, 31 de agosto de 2015

Lección

Aprender es fácil, dicen varios. Pues yo les creo. Puede ser un niño o un perro el maestro de alguna sabiduría. Por ejemplo, Aristóteles era (es) un gran sabio. Gracias a él podemos ver Matemáticas y Lógica por todos lados. También podemos ver al perro que nos enseña su amar por mover la cola y comer porquerías. Pero, ¿Saben? No hay dueño de gustos ni tampoco hay dueño del todo saber. Es difícil saberlo todo. ¿Se imaginan como sería la vida de un adivino? ¡Qué locura! Si hasta saber también puede perjudicar el estado mental de las personas.

A qué voy...

A que, de verdad, todos dicen que saber es bueno, todos argumentan a favor del saber y saber más. Dicen que saber y saber es algo llamado "un deber". Pero ¿Les cuento algo? Hay muchas veces que el saber nos caga. En serio, ¿Cuándo fue la última vez que se dieron cuenta que la cagaron? Supieron en qué se equivocaron y conocieron de inmediato las consecuencias.

Creo que soy maestro de saber las consecuencias de mis errores y no hacer nada al respecto...

Debería tener un título llamado "Master in knowing how to mess things up and give pretty much of a fuck about consequences" en la universidad de Harvard.

Qué jocoso, me río de mis desgracias. Un viejo zorro un día me dijo "El día en que te rías de ti mismo por algún error que cometiste en el pasado o en el acto, serás una persona feliz. Créeme". Me lo dijo a mí y a mi mejor amigo.

En fin, saber no siempre es lo más esencial en la vida. Tampoco soy partidario de ser una persona completamente floja, al contrario, prefiero hacer "stuff" todo el día. Caminar, reír, tomar agua, etc... Pero como bien escribí antes, saberlo todo no es la manera de ser feliz.

La carrera de saberlo todo condena a miles de humanos. Créanme. No estoy loco. Estoy nervioso, pero no loco. Saberlo todo es una idiotez de magnitud extravagante.

Quién lo diría, saber puede llegar a convertirte en un gran imbécil.

-Verse

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