martes, 1 de octubre de 2024

La necesidad de una pregunta (final)

¿Cómo podría yo hacerle caso a mis porfías? Si a este lugar ya no aterrizan preguntas. Nunca me hallé buscando más preguntas en mi vida. Tengo muchas respuestas en mi mano pero no existe avistamiento alguno de interrogantes que podrían deambular. Ya no necesito entender por qué se disparaba tanta franqueza desde la boca, si logré entender lo que realmente significaba en ese momento.

No todo se resuelve con simples palabras a esta edad. Somos seres de más intereses, de más ganas de volver a un equilibrio hormonal e inocente, con tanta vida escondida detrás de un disfraz de esqueleto. Detrás de los ojos se ocultan los secretos y pensamientos más hermosos (y a la vez horrorosos) de la gente. Hallé el secreto enterrado por tal ermitaño. Y sólo hallé más respuestas, ninguna pregunta sobre cómo podría asaltarme esta vez la necesidad de una pregunta.

Va mi ansiedad remando en aquel mar de respuestas. Tratando de hallar algo. Mientras lo incierto cubre el cielo, llueven preguntas sobre respuestas equívocas. Esta vez no quiso zambullirse en el mar. Simplemente remar y remar sobre el bote de la certidumbre. Esta vez por la proa hay puesto un foco que ilumina la desesperación. No se puede hallar la interrogante de por qué esta vez no está aquel monstruo. Simplemente se atraca y llega a la orilla de la paz.

No existen preguntas retóricas. No existen preguntas erróneas. Si existen tontos que no hacen preguntas. Hay una playa donde en la orilla se halla la respuesta. Pero el calor que surge del esmero y la conciliación de un posible ahogo, el cielo despejado de tanta incertidumbre, la calma del sol bañándose sobre la ansiedad... Simplemente varó ahí, donde todo se razona. La racionalidad ve a la ansiedad como un momento de relajo nunca obtenido, ni la calma que un nudo imposible le da a una madre. Tajante y serena.

Disfrutando la serenidad, la pregunta encuentra la respuesta. Podría hallarse en un mar de preguntas. Podría hallarse en un cielo de respuestas. O al revés.

Así termina la búsqueda de la respuesta. Las cosas pasan.
La certeza siempre se enfrenta a la duda por culpa del tiempo.

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