domingo, 13 de octubre de 2024

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 Este breve texto es para darme felicitaciones. De mi para mi. Porque he dejado una sustancia de lado, de todas las que el doctor ha recomendado.

Dr. José y Dr. Claudio: llevo varias noches durmiendo bien. Creo que es suficiente decir que las Q hay que botarlas y no verlas. No sé cuál será su recomendación si tenemos que vernos en un mes y medio más. Y si, he fallado, una y otra vez sobre mis vicios. No puedo controlar las ganas de fumar y mi círculo está envuelto en eso. Me cae y me cae, pero vuelvo a recordar el esmero que estoy haciendo por sacar mi vida hacia delante. Pero creo que las drogas en general, las sintéticas sobre todo, me dan miedo, me dan asco, cuando intento tragarlas de la forma más común posible, doy una arqueada, por más diminuta que sea la pastilla. E intento distintos métodos para tragarlas, pero aún así me dan un asco inmenso. Ya no es por algo prejuicioso. Es por conocimiento de causa. Sé lo que es aturdirse. Sé qué significa quedar botado en el sillón. Sé que es desconocer a tu cuerpo y desobedecer a las hormonas. Sé lo frustrante que es ir al puto mueble y escuchar el crujido de la pastilla quebrar sobre el metal fino. Tragarla y sentir nada de inmediato y seguir viviendo la mierda mental.

Lo sé. La vida avanza y madurar se trata de aprender a vivir con eso. Pero me permito absolutamente la incomodidad de aceptar que la vida no es como yo la quería cuando tenía diez años. Ni quince. Pero los que queremos ser felices nos abrazaremos al final. Al final todos sabemos qué pasa. Y eso lo hace muy bonito, saber por todo lo que se vivió para llegar ahí. Felicidades. A usted doctor, y a mi, que nunca desistimos e insistimos en atacar a la duda en forma de amenaza diaria, porque aunque no quisiéramos, usted está sanando a alguien que debe tener voluntad para sanar. Si nuestra sinergia no hubiese existido, tanto yo como usted hubiésemos salido dañados. Usted ha despertado mi sentimiento por el amor social. Yo desperté su intriga por saber qué habita dentro de mi cabeza.

Brindaremos, bailaremos, comeremos y fumaremos. Uno de tres. A lo mejor es una de dos. Pero lo valioso es que le dije adiós a la Q.

José

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