jueves, 26 de septiembre de 2024

La inmolación de la paciencia

 Llevo aproximadamente seis años aguantando. Los enojos de las personas, que me ignoren sin causa alguna. Y que además, me consideren un huevón inerte, que no puede ayudar. Eso me tiene "enfermo", pero agregaría una justificación a mis sentimientos. Creo que no debería ser así. No me tiene "enfermo". Me tiene CHATO.  ¿Cuántas veces hay que "mamársela" para que el resto quede bien? para luego recibir actitudes que no tienen razón de existir, como el "¿Ya y pa' qué poní' esa cara?" o un rotundo "¡PERO CÁLLATE POS WEON!".

Y a esas personas les da amnesia, pero precisamente es porque uno nunca supo qué decir. Simplemente di el paso a que la forma de ser de las persona sea perpetua. Siempre entendí que las personas eran enojonas, tercas sentimentalmente. Pero al momento de uno sentir un poco más, salir de lo habitual... el resto simplemente va encima de ti. No te hacen sentir mal, sino que te cuestionas todo, no sabes qué cara poner, no sabes ni qué decir. Para mi es un "No entiendo por qué me tratas así, si yo te traté de otra forma"

¿Pero qué shusha' le vamo' a hacer?

La gente es así. Me carga pelear, me carga enojarme, me irrita estresarme, me da ansiedad saber que alguien está enojadx conmigo.

¿Qué chucha hay de uno cuando a la gente le da amnesia?
¿Se les olvida que uno también siente?
¿Hay que recordarle a lxs huevonxs qué hicieron?
¿Cuánto realmente hay que aguantar?

No hasta que tu calma sea colmada. De alguna forma hay que salir de ahí. Pero es difícil cuando las personas que amas son así contigo. Qué bodrio culiao más indigerible. Y no queda nada más que

mamársela.

¿Qué me queda ahora? Quejarme a través de este texto culiao, con todas las ganas de gritarles, fluyendo a través de mi sangre. Hierve con borbotones, salpicados de tristeza y el aliño del rencor, la puta olla de mi paciencia. Hasta dónde carajo hay que mantenerla. No me imagino siendo una persona con poca paciencia. No me imagino enojándome con el resto cuando hay quienes merecen más odio que cariño cuando el hambriento busca el amparo por ellas y ellos

Y aún así
les daré la mano de vuelta
con cariño y con paciencia
como siempre fui.

Cuando quieran salgan
y pregúntenme cómo estoy
no se quejen si lloro
no se quejen si estoy gordo
no se quejen si me emociono
no se quejen si me enojo
no se quejen si boto
la mierda que ustedes dejaron por aquí.

Yo también pasé por algo que ustedes siempre demostraron. Que yo ahora lo sienta y me tenga más en cuenta, es otra cosa.

José

No hay comentarios:

Publicar un comentario