miércoles, 6 de noviembre de 2024

Lánguido

 Estrellas por mi cuello ya no pasan. Reemplacé nuevamente las medicaciones, pero admito un consumo absolutamente regulado y no desmedido. Se siente mejor, creo que me debía un recreo. Me he puesto objetivos en la cabeza y he trabajado en eso porque la mochilita va vacía... Pero es esa cotidianeidad que se refleja en el piso de madera, la entrada de Santiago al abrir la ventana y la nueva sensación de "¿Qué hago ahora?".

Cuesta hacerse cargo de todo. La vida no es fácil conchadetumadre. Salí de la universidad atravesando una depresión que hasta hoy se desata por las mañanas, me consume en las tardes y me aturde en las noches. Tengo el control absoluto de las drogas por fin, pero es esa puta parte del día en la que quedo solo. Ahora que dejo que mi cabeza fluya un poco más, aterrizan distintos vuelos, algunos destacan lo efímero y otros estiran los momentos. Pero pienso, por fin. Ahora entiendo, lo digiero, no hay mas consultas, no me interrogo más por mis decisiones. Todo tiene un por qué. Miedo hay por doquier. Se supone que deberíamos sonreír al ver el panorama. Y que además debería dejar de sentir tanta empatía, por los pueblos, por la historia y todo eso que me apasiona. Pero lo entiendo. Me entendí.

Me siento en una parte preocupante del egocentrismo. Me doy cuenta mientras escribo esto. Siento que mi cabeza hila cosas que no tienen sentido si al rato después de reflexionar lo integro y reparo. Creo que necesito tomar mis ojos y bañarlos en paisajes. Voy a hacer que la música haga la película que trata sobre lo cotidiano.

Es difícil hacerse de hierro mientras soy de carne y hueso. Es difícil intentar apagar los sentimientos. Dejar de sentir al bien de todas y todos. Puede que tome tiempo y este mismo es el que ha sanado.

No olvido. Hay días buenos y malos.

Today is a bad one and am happy for it's existence.